Bueno, voy a comenzar yo, pero espero vuestra colaboración para ir completando, tanto las anteriores vacaciones, como las que venga después. Yo, de momento, cumplo con mi compromiso, e inauguro nuestro blog!! (Ta chán!!!!)
Acabamos de llegar de Tarragona, de pasar siete magníficos días en una casa rural en el Bajo Penedés, a unos 10 km. de la costa a la altura del Vendrell. La verdad es que nos lo hemos pasado pipa, y se nos han pasado la semana en un suspiro.
Como siempre, comenzamos con la incertidumbre de qué nos depararía la casita que las hermanas Mena buscan con gran ilusión por internet unos meses antes. Casi siempre hemos tenido suerte, pero, ¡nunca se sabe! La verdad es que esta vez también triunfamos! La casa estaba en medio de viñedos en un paisaje precioso, rodeada de animales (conejos, gallinas ponedoras, gallos madrugadores amigos de Kike e incluso cerdos) y su dueña, Gemma, no podía ser más simpática. Y por dentro es preciosa! Cada uno teníamos un cuarto genial, pero... mejor verlo!!!
Una vez aposentados, Kike, como cada año, nos preparó planes para todos los días.
El primer día nos fuimos a la tarde a conocer Sitges. El pueblo es muy bonito, con mucha vida y artistas callejeros, y también mucha gente que se mostraba muy cariñosa. Tanto cariño contagió a Javi y Kike por unos momentos:
El segundo día amaneció un poco nublado, así que aprovechamos para dar un paseo hasta el pueblo cercano.
Aquí vemos al grupo calentando concienzudamente antes de salir a pasear. Jonete fue el que más nos "calentó" durante el paseo, pero al final fue un campeón y lo completó con el grupo.
Y a la tarde de visita a Calafell. A Eva le encantó lo distinguido de la numerosa gente que por allí paseaba, y sobre todo lo elegantes y guapos que era todo el mundo. Casi perdemos a Jon entre la muchedumbre, por cierto. Más vale que iba de amarillo!!!! (No hay que despistarse, Jonete, recuerda...)
Por la noche, sesión de Cineclub de la mano del tío Javi, que nos presentó "Dos hombres y un destino", con dos bandidos, Butch y Sundance, que nos recordaban un montón a nuestro vaqueros particulares: Xabi y Jon.
El cattering (exquisitas pipas, pizza, gominolas y palomitas) servido magistralmente por nuestra querida Paolita.
El lunes (tercer día) fuimos a las Bodegas Codorniú. Nos encantaron, y de la mano de un guía encantador (Pepe) y muy paciente con algún que otro niño revoltoso, conocimos cómo se elabora el cava. Incluso nos montamos en un tren que recorría las inmensas bodegas!!!
Gracias a Eva, visitamos por primera vez la playa de Comarruga, y nos dimos un chapuzón por fin. El Mediterráneo con su agua limpia y templadita nos encanta!!!
Por la noche, nueva barbacoa del tío Javi, un año más. Este año sí que se pudo comer lo que tan, tan, tan, tan, amablemente nos prepara cada año, aunque hubo alguna queja respecto de la forma en que se cortaron las berenjenas que, por supuesto, se tendrá en cuenta la próxima vez.
El martes fuimos a ver la maravillosa Barcelona!!! A primera hora visitamos el parque Guell, del genial Gaudí (ya sabemos todos muy bien quién era Gaudí, verdad?).
Luego las Ramblas (sentaditos degustando hamburguesas viendo pasar a la gente tan rara, incluso a Leyre le dió tiempo a hacer algún que otro estudio sociológico...), el mercado de la Boquería, el barrio Gótico, las compras, las terrazas... ufff, qué cansados terminamos el día!!!
Pero Barcelona siempre merece la pena ser visitada.
(Algún ratico siempre queda para leer el periódico o twitear)
o asombrarse, como Nico!!
También vimos a nuestras amigas las gaviotas al final de las Ramblas!!
Cuando llegamos a casa, transporte de niños dormidos de coches a camitas, y a coger fuerzas para el día siguiente...
Para el miércoles dejamos la visita a la playa en toda regla. Hubo mucho agua, algún trago salado que otro, castillos de arena, piernas quemadas que la sombrilla no llegó a tapar... en fin, lo que esperamos siempre de la playa.
Luego a disfrutar de nuestra casa, e incluso algunos fueron a visitar las fiestas del pueblo cercano por la noche, con muchos petardos, diablos y fuego!!!
Nos plantamos ya en el jueves (qué rápido pasa el tiempo de vacaciones, no?), que aprovechamos para ir a !Port Aventura! Toda la gente de Calafell ahora se habían plantado por arte de magia en el parque temático, pero nosotros somos una familia de talante social y simpáticos por naturaleza, y no nos importó que estuviese abarrotado.
Hubo atracciones para todos los gustos: para mí gusto, la más frenética y excitante, el viaje en el Supercoco Volador. Si no me creeis, mirad esto:
Pero eso no fue todo, hubo autos de choque, Stampidas, Dragón Khan, Templos de fuego (no pasamos miedo, pero gracias a que somos muy valientes....), y para los más atrevidos, la mejor, la super nubequetedejacaerdemogollóndealtoynorecuerdocómosellama, que a Iñi, Leyre y Javi casi nos deja sin aliento!!! Agotados de nuevo pero contentos, de vuelta a nuestra casita.
El viernes aprovechamos para ir de nuevo a la playa, en este caso a la de Sant Salvador. Lo mejor, la comida en un restaurante muy tranquilito junto a el museo de Pau Casals, donde Eva enloqueció al pedir helados para tantos niños y acabó preguntando al propio camarero "Pero yo, cúantos hijos tengo, perdona?" Juas, juas, Noelia aún se parte cada vez que lo recuerda....
Los peques se lo pasaron genial en el restaurante, casi hacen hablar a las estatuas del museo y todo!!
Y el sábado se acabó el tiempo. Lástima! Todavía tuvimos tiempo de ver un pueblo precioso llamado Castellets, y nos despedimos de gallinas, conejos y gallos.
Aquí vemos a algunos de los rubios, tirando unas piedrecitas (o eran higos?) y agotando los últimos raticos de las vacaciones.
Todo lo que empieza acaba, para bien o para mal. En este caso ha sido para bien, porque nos lo hemos pasado genial, y cada vez nos queremos más. Para despedirnos, aquí está Paola con sus reflexiones sobre nuestro verano.
Lo cierto es que ya estamos pensando en dónde ir el año que viene. Y es que, un viaje comienza en el mismo momento en que piensas en hacerlo....
Acabamos de llegar de Tarragona, de pasar siete magníficos días en una casa rural en el Bajo Penedés, a unos 10 km. de la costa a la altura del Vendrell. La verdad es que nos lo hemos pasado pipa, y se nos han pasado la semana en un suspiro.
Como siempre, comenzamos con la incertidumbre de qué nos depararía la casita que las hermanas Mena buscan con gran ilusión por internet unos meses antes. Casi siempre hemos tenido suerte, pero, ¡nunca se sabe! La verdad es que esta vez también triunfamos! La casa estaba en medio de viñedos en un paisaje precioso, rodeada de animales (conejos, gallinas ponedoras, gallos madrugadores amigos de Kike e incluso cerdos) y su dueña, Gemma, no podía ser más simpática. Y por dentro es preciosa! Cada uno teníamos un cuarto genial, pero... mejor verlo!!!
Una vez aposentados, Kike, como cada año, nos preparó planes para todos los días.
El primer día nos fuimos a la tarde a conocer Sitges. El pueblo es muy bonito, con mucha vida y artistas callejeros, y también mucha gente que se mostraba muy cariñosa. Tanto cariño contagió a Javi y Kike por unos momentos:
El segundo día amaneció un poco nublado, así que aprovechamos para dar un paseo hasta el pueblo cercano.
Aquí vemos al grupo calentando concienzudamente antes de salir a pasear. Jonete fue el que más nos "calentó" durante el paseo, pero al final fue un campeón y lo completó con el grupo.
Y a la tarde de visita a Calafell. A Eva le encantó lo distinguido de la numerosa gente que por allí paseaba, y sobre todo lo elegantes y guapos que era todo el mundo. Casi perdemos a Jon entre la muchedumbre, por cierto. Más vale que iba de amarillo!!!! (No hay que despistarse, Jonete, recuerda...)
Por la noche, sesión de Cineclub de la mano del tío Javi, que nos presentó "Dos hombres y un destino", con dos bandidos, Butch y Sundance, que nos recordaban un montón a nuestro vaqueros particulares: Xabi y Jon.
El cattering (exquisitas pipas, pizza, gominolas y palomitas) servido magistralmente por nuestra querida Paolita.
El lunes (tercer día) fuimos a las Bodegas Codorniú. Nos encantaron, y de la mano de un guía encantador (Pepe) y muy paciente con algún que otro niño revoltoso, conocimos cómo se elabora el cava. Incluso nos montamos en un tren que recorría las inmensas bodegas!!!
Gracias a Eva, visitamos por primera vez la playa de Comarruga, y nos dimos un chapuzón por fin. El Mediterráneo con su agua limpia y templadita nos encanta!!!
Por la noche, nueva barbacoa del tío Javi, un año más. Este año sí que se pudo comer lo que tan, tan, tan, tan, amablemente nos prepara cada año, aunque hubo alguna queja respecto de la forma en que se cortaron las berenjenas que, por supuesto, se tendrá en cuenta la próxima vez.
El martes fuimos a ver la maravillosa Barcelona!!! A primera hora visitamos el parque Guell, del genial Gaudí (ya sabemos todos muy bien quién era Gaudí, verdad?).
Luego las Ramblas (sentaditos degustando hamburguesas viendo pasar a la gente tan rara, incluso a Leyre le dió tiempo a hacer algún que otro estudio sociológico...), el mercado de la Boquería, el barrio Gótico, las compras, las terrazas... ufff, qué cansados terminamos el día!!!
Pero Barcelona siempre merece la pena ser visitada.
(Algún ratico siempre queda para leer el periódico o twitear)
o asombrarse, como Nico!!
También vimos a nuestras amigas las gaviotas al final de las Ramblas!!
Cuando llegamos a casa, transporte de niños dormidos de coches a camitas, y a coger fuerzas para el día siguiente...
Para el miércoles dejamos la visita a la playa en toda regla. Hubo mucho agua, algún trago salado que otro, castillos de arena, piernas quemadas que la sombrilla no llegó a tapar... en fin, lo que esperamos siempre de la playa.
Luego a disfrutar de nuestra casa, e incluso algunos fueron a visitar las fiestas del pueblo cercano por la noche, con muchos petardos, diablos y fuego!!!
Nos plantamos ya en el jueves (qué rápido pasa el tiempo de vacaciones, no?), que aprovechamos para ir a !Port Aventura! Toda la gente de Calafell ahora se habían plantado por arte de magia en el parque temático, pero nosotros somos una familia de talante social y simpáticos por naturaleza, y no nos importó que estuviese abarrotado.
Hubo atracciones para todos los gustos: para mí gusto, la más frenética y excitante, el viaje en el Supercoco Volador. Si no me creeis, mirad esto:
Pero eso no fue todo, hubo autos de choque, Stampidas, Dragón Khan, Templos de fuego (no pasamos miedo, pero gracias a que somos muy valientes....), y para los más atrevidos, la mejor, la super nubequetedejacaerdemogollóndealtoynorecuerdocómosellama, que a Iñi, Leyre y Javi casi nos deja sin aliento!!! Agotados de nuevo pero contentos, de vuelta a nuestra casita.
El viernes aprovechamos para ir de nuevo a la playa, en este caso a la de Sant Salvador. Lo mejor, la comida en un restaurante muy tranquilito junto a el museo de Pau Casals, donde Eva enloqueció al pedir helados para tantos niños y acabó preguntando al propio camarero "Pero yo, cúantos hijos tengo, perdona?" Juas, juas, Noelia aún se parte cada vez que lo recuerda....
Los peques se lo pasaron genial en el restaurante, casi hacen hablar a las estatuas del museo y todo!!
Y el sábado se acabó el tiempo. Lástima! Todavía tuvimos tiempo de ver un pueblo precioso llamado Castellets, y nos despedimos de gallinas, conejos y gallos.
Aquí vemos a algunos de los rubios, tirando unas piedrecitas (o eran higos?) y agotando los últimos raticos de las vacaciones.
Todo lo que empieza acaba, para bien o para mal. En este caso ha sido para bien, porque nos lo hemos pasado genial, y cada vez nos queremos más. Para despedirnos, aquí está Paola con sus reflexiones sobre nuestro verano.
Lo cierto es que ya estamos pensando en dónde ir el año que viene. Y es que, un viaje comienza en el mismo momento en que piensas en hacerlo....
¡Cómo te lo curras!, ¿de donde sacas tiempo?
ResponderEliminarMuy trabajao pero poco publicitao. Lo acabo de descubrir!
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